La generación del 80 fue, tal vez, la época dorada del cine acción. Eran tiempos donde la maquinaria de Hollywood explotaba diferentes tipos de personajes que tenían un único fin: Entretener
Sylvester Stallone fue uno de los pocos actores que captó ese mensaje protagonizando películas que han quedado en la retina y en el corazón del espectador. Estamos en presencia de un actor que siempre se brindó a su publico, más allá de las criticas desmedidas de periodistas de espectáculos y miembros de la Academia de Hollywood.
Stallone es ante todo un interprete y de los buenos sino como se explica su nominación, en dos oportunidades, al Oscar? Si bien lo fue con su popular y querido Rocky, en donde demostró sus cualidades actorales dramáticas, no hay que desprestigiarlo en el rol que mejor le sienta: El de Acción.
El critico.com.ar se toma estas líneas para reivindicar a los actores del cine de acción. Es un genero que parece fácil interpretar pero resulta ser el más difícil de todos. Se imaginan a la fantástica actriz Meryl Streep a los tiros o en una escena de tortura? o al queridísimo Jack Nicholson poniendo bombas o lanzando cuchillos?
Estos apellidos no son nombrados al azar sino que son intérpretes que han sido de los más nominados por la Academia de Hollywood en un genero que mejor manejan, que es el Dramático
El genero Acción también necesita de interpretación por lo que se debería crear una terna en la Academia de Hollywood para esta categoría.
Dicho esto, Sylvester Stallone protagonizó en el año 1986 una genial película de acción de nombre Cobra. En ella interpreta al teniente Marion Cobretti, un policía con métodos poco ortodoxos, que deberá evitar que una testigo sea asesinada.
La presentación del personaje se da en un supermercado. En su interior se encuentra un psicótico que ejecuta a un consumidor y amenaza con volar el edificio. Dice pertenecer al “Nuevo Mundo” (una organización que mata a los débiles para que prevalezcan los mas fuertes).
Toda la policía está rodeando el edifico hasta que la situación se hace insostenible y el Capitán, a cargo de la operación, expresa a viva vos “Llamen al Maldito”. En este momento se abren los retenes policiales y aparece Cobra bajando de un Mercury Coupe, color negro del año 50, con anteojos aviadores oscuros, cerilla en la boca, jean ajustado, botas negras y una pistola, en el medio del pantalón, con el logo de una especie de serpiente (cobra). Un verdadero Fenómeno.
La atracción con el personaje es instantánea. El espectador se verá sorprendido desde el momento que Stallone desciende del auto y va en busca del criminal. Lo hace en solitario, y sin ningún tipo de protección. Nos damos cuenta que también es un lunático pero que está del lado de lo buenos.
La película tiene la particularidad de ser excesivamente violenta. En su época fue clasificada para mayores de 18 años por el impacto visual que generaban sus imágenes principalmente en las que intervenía “el malo” de la organización, interpretado por Brian Thompson, en donde demuestra ser un personaje realmente perverso.
Las secuencias de acción son realmente buenas, típicas de la generación de los ochenta. Pero se destaca una lograda persecución automovilística en donde Cobra tiene que escapar y perseguir a los delincuentes por toda la ciudad. Su logro está en la realidad de la secuencia. No se observa ningún efecto visual que empañe la validez de la escena. Los autos y su rapidez se muestran tal cual son y esto es por mérito del Director George P. Cosmatos que supo ubicar la cámara para que las persecuciones se vean lo mas limpias posibles.
Brigitte Nielsen interpreta a Ingrid, la testigo a proteger, y que en ese momento era pareja de Stallone. Quizás por ello haya tenido participación en esta cinta aunque su presencia física luce muy bien.
Pero todo esto no se podía haber logrado sin Sylvester Stallone. Un actor que siempre deja todo por sus personajes, que se involucra en sus proyectos y los hace propios, pensando siempre en el entretenimiento. Por eso sus películas se consumen hasta el día de hoy, porque sus caracterizaciones son honestas y queribles.
Stallone siempre respetó a su público y le dio lo que ellos querían ver. Incluso hoy a sus 74 años sigue dando batalla para su fiel público que lo tiene como un familiar lejano, que no conoce, pero que desea su bienestar porque lo ha entretenido toda una vida.
Por eso querido Sylvester sigue luchando que ahí estaremos para tu próxima aventura.
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