Con una esencia intrigante y perturbadora, El Extraño es un thriller psicológico que desenmascara a fuego lento un crimen atroz. Disponible en Netflix.
El Extraño ( The Stranger) es un relato ficticio de la investigación para resolver el asesinato de un niño de 13 años en Australia. La historia, basada en un hecho real, elimina los detalles claves del procedimiento y sigue el intento de capturar al asesino a través de una elaborada operación encubierta por parte de la policía. Si bien la dirección opto por una narrativa lenta y estructural de sus personajes, la labor en eje de sus intérpretes hace que la película mantenga la intriga hasta al final a pesar de un primer acto poco convincente.
El thriller criminal australiano, sigue a un grupo de policías encubiertos que reabren una investigación frustrada por falta de pruebas. El hecho es el secuestro y asesinato de un niño de 13 años que causó conmoción en un pequeño pueblo de Australia. A tal fin, la policía ordena la reactivación de la búsqueda del sospechoso y crean un plan para atraparlo y lograr su confesión. Para que la operación tenga éxito, el oficial Mark (Joel Edgerton ) necesita lograr la confianza del sospechoso Henry (Sean Harris), algo que se anhelaba desde hace mucho tiempo.
El thriller es sombrío, inquietante y perturbador. Estos conceptos están bien manejados por la dirección que priorizó los hechos posteriores al crimen. Aquí no hay ningún indicio que permite restaurar la secuencia del hecho en cuanto a violencia grafica se refiere. Solo hay un claro sospechoso y un intento de capturarlo con una prueba confesional. La perspectiva es un acierto porque permite evitar acciones duras, casi intolerantes, centrándose en la seriedad de la operación encubierta para capturar al asesino. Esto no le quita dureza a la película ya que sobrevuela en el imaginario colectivo la sensación de inquietud a medida que la narración avanza, a fuego lento, alrededor del caso real de la desaparición de un niño de 13 años.
La narrativa tiene una atmosfera de suspenso bien configurada. Si bien se le puede reprochar un primer acto un tanto desconcertante, es su segunda mitad la que logra revitalizarla por completo. La partitura musical tiene vital importancia en el comportamiento de los personajes. La música refleja la seriedad de la operación, la impronta de los personajes y la brutalidad del hecho en cuestión. Hay una clara intención de mantener expectante a la audiencia, la cual se sentirá desconcertada mientras se avanza con el misterio lentamente.
Ahora bien, el acierto de la película es el manejo de la intriga en el que se apoya las interpretaciones de Joel Edgerton y Sean Harris. El primero, como el policía que se hace amigo del sospechoso, demuestra el agotamiento mental que puede ser sometido un agente encubierto, incluso cuando tiene a su cargo un hijo de iguales características al desaparecido. Sin embargo, es el segundo (Harris) que se roba todo el espectáculo. La seriedad atroz con la que encarna al principal sospechoso es silenciosamente aterradora. Si bien Harris es un actor que interpreta generalmente a villanos, no se puede dejar de exaltar la mirada perturbadora y desconfiada de sus movimientos. En relación a ello, el film no aprovecha como debería estos atributos del actor para generar un desconcierto aun mayor en la audiencia.
El enfoque para resolver este caso fue el instrumento necesario para resolver el mayor caso de secuestro en Australia. En este sentido, resulta interesante como se desenvuelven las estrategias de operaciones encubiertas, pero no es el fuerte de la película aquí. Todo el peso de la narrativa recaen en el vinculo de Mark y Henry y en la confianza para genera una confesión.