Crítica de El COMBATE (2020)

(Entretenida)

El drama familiar se apodera del octágono en El Combate, en donde un padre y su hijo se preparan para dar el golpe final. Disponible en Star+.

La violencia, el dinero y la fama son un combo explosivo cuando actúan en conjunto, generando un sinfín de situaciones de impunidad cuando quién las representa considera que tiene un derecho adquirido. Este comportamiento reprochable y punible no siempre alcanza las bases para poder aprehenderlo. El Combate, exhibe fuertes cuestionamientos en un luchador de MMA, con un pasado tormentoso en el cual está dispuesto a replicar. La violencia domestica, el abandono, la fama, el dinero y los cuidados de la familia sientan el perfil emocional del drama de artes marciales mixtas.

El luchador de artes marciales mixtas Cash Boykins (Steffen Doff) ha ganado todos los títulos disponibles de la WFA. Su éxito en el deporte de contacto, en donde se desenvuelve como un pendenciero, con un lenguaje agresivo y homofóbico, lo ha llevado a la cima. Ha dejado atrás una infancia abusiva y ahora disfruta del dinero y la adulación popular. Pese a todo, hay fantasmas del pasado que siguen estando pendientes en la vida de Boykins. Su personalidad agresiva no solo lo demuestra en el ring, sino también en la que fuera su anterior familia. Un incidente violento obligó a dejar a su ex-mujer, Susan, su hijo mayor Jett y el por entonces pequeño Quinn, quién padece Síndrome de Williams.

Cash, ha formado una nueva familia y abandonado a la anterior, quienes presentan serias dificultades económicas. El talento de su hijo mayor Jett por las artes marciales son un punto de reencuentro y Cash accede a entrenarlo. Todo se complica cuando Jett recuerda un incidente que hizo posible que su padre se fuera. Cuando un video de la confrontación se vuelve viral, no tardara en llegar lo inevitable. Un enfrentamiento televisado entre padre e hijo, en un combate por el título mundial.

La película cuenta, sorpresivamente, con una buena base dramática que no alcanza a profundizarse por sus diferentes subtramas. Si bien el arco narrativo se centra en la relación conflictiva y emocional entre Cash y Jett, las tramas secundarias se sienten algo subdesarrolladas. Desde la lujosa vida de Cash, con su nueva esposa y pequeño hijo, hasta la vida hogareña de Jett, en donde también está a cargo del cuidado de su hermano, mientras su madre trabaja en doble turno, traen algo de desorden en el ritmo de la historia. Hay un evidente villano aquí, un hombre golpeador y alcohólico, con un instinto salvaje incontrolable que educa a su familia con violencia, despreciando cualquier indicio de debilidad. Con lo que cabe preguntarse cual es el mensaje de la película y a quién va dirigido.

Mientras los minutos avanzan y la trama abarca diferentes arcos narrativos, como ventanas que se abren y no alcanzan a cerrarse, la película se prepara para la organización de la pelea final entre el campeón Cash y su hijo Jett, un prodigio del Judo. El por qué de la aceptación de la pelea es comprensible, teniendo en cuenta la situación económica de Jett y su familia. Cash, como todo prototipo de masculinidad toxica, no pasa dinero para afrontar los gastos médicos de su hijo Quinn (con síndrome Williams), a quien preferiría que no existiera. Lo que no queda claro es el cómo de la confrontación.

La experiencia y violencia de Cash, un luchador experimentado que advierte que va a matar a su hijo, contra un joven de 18 años, con apenas tres combates en su haber planeta una evidente desventaja. La cuestión es lo que queda sobre la superficie, y es que la violencia se combate con violencia. Si ese es precisamente su mensaje final, corre riego de tirar por la borda algunas escenas emotivas bien ganadas.

PADRE E HIJO LUCHAN DENTRO DEL OCTAGONO

En lo que respecta al combate en sí mismo, de más está decir que El Combate no representa a las típicas películas de lucha. Se puede decir que las coreografías, del principio y final, se sienten demasiado cercas del lente de la cámara, ensuciando las eficientes técnicas de lucha que ensayan los interpretes. En cuanto a ellos, Stephen Dorff realiza una convincente labor como un campeón engreído, inspiración que bien puede haber tomado de un luchador profesional en la vida real, Connor McGregor.

A tono con los antes dicho, el film ensaya una critica hacia las organizaciones de la MMA, donde los luchadores no tienen obra social, ni seguro de desempleo. Allí, al igual que el mundo real, forman parte de una maquinaria que los observe y los escupe cuando le es conveniente. Dicho esto, la película dramática tiene sus mejores momentos fuero del octágono, donde la cámara en mano abusa de sus extremos primeros planos.

RESUMEN

En ultima instancia, El Combate (Embattled) no llega a explotar su fuerte tono dramático por sus diversas tramas subdesarrolladas. Stepehn Dorff realiza una sobresaliente labor como el villano de turno, en lo que puede considerarse como el papel de su carrera. La falta de claridad de su mensaje final, como las deficientes escenas de combate no obstan a que la película tenga sus buenos momentos.

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