SISU (2022)

Sorprendentemente entretenida, el thriller de acción finlandés hace su propia justicia en el arte de derrotar a los peores villanos de la historia de la humanidad. Sisu, se abre camino entre lo serio y lo absurdo, galopando con un sentido de la épica fenomenal.

Las atrocidades que ha cometido la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial son fuente de inspiración de varias películas del siglo XXI para justificar la venganza de los peores villanos que han tenido la humanidad. Dentro de un contexto histórico real pero con personajes e historias ficticias, las narrativas allí previstas giran hacia el entretenimiento en sí mismo, donde lo posible y absurdo tienen límites contiguos. En esta línea de expresión se encuentra Sisu, un thriller de acción violento, sangriento y exagerado que representa la derrota nazi en un viajo épico fenomenal.

Contada en siete capítulos, la trama se abre con un minero finlandés que encuentra oro en los campos de Loponia, durante la retirada de la Alemania nazi en 1944. Mientras los despiadados nazis intentan apoderase del tesoro, el veterano excavador saca a relucir una serie de habilidades que lo hacen evadir de la muerte. Cuando los villanos descubren que el hombre al que le robaron es el legendario héroe de la “Guerra del Invierno”, comienza una despiadada y sangrienta cacería, llena de sorpresas y acción épica que los fanáticos de la acción no pueden dejar pasar.

La dirección de Sisu, a cargo del finlandés Jalmari Helander es sumamente atractiva en lo visual, con locaciones que representan bellos y desolados paisajes de Laponia, mientras un pelotón de despiadados nazis avanzan destruyendo todo a su paso. Aquí, el cineasta es hábil en la representación de la paleta de colores, dejando el tono más sombrío en los campos de retirada nazi , en donde fluye la gran parte de las secuencias de acción.

Las sorpresas no tardan en llegar y cada uno de los capítulos del film muestran una energía épica, en ocasiones extravagante, aumentada por las situaciones de supervivencia que atraviesa el personaje. Aatami Korpi (Jorma Tommila) es un veterano minero aislado en los campos de Laponia, en compañía de su perro. Cuando los nazis se apoderan de lo ajeno y descubren que aquél pertenecía a un antiguo grupo comando finlandés, el film se vuelve violento, sangriento y brutal.

Hay un punto donde la función del entretenimiento se desvía hacia lo extravagante, y que bien puede ser marcado como poco realista. Pero en su defensa se puede argumentar que el film no se toma demasiado en serio a sí mismo. En este punto hay una evidente inspiración en películas como Rambo, John Wick y Bastardos sin Gloria (la de Tarantino) y es por ello que no se puede negar la naturaleza convincente de la película en general.

Sisu cuenta con pocos diálogos. A Tommila se le asignaron aproximadamente tres líneas, pero su presencia es firme y convincente en pantalla. La determinación de su supervivencia se exhibe en el castigado cuerpo del personaje en la que el interprete solo le basta su solida actuación facial. Llegado el momento de la acción, las escenas se vuelven brutalmente violentas. Algunas algo sanguinarias, con un exceso de sangre gore que sirve para glorificar la cacería nazi. Con todo lo dicho, Sisu tiene una historia sencilla par contar que logrará cautivar a cualquier fanático del cine de acción.

RESUMEN

En definitiva, Sisu, a pesar de sus momentos extravagantes, reúne los mejor del cine de acción con un historia de supervivencia bien ejecutada y un sentido de la épica fenomenal, que logrará entretener de principio a fin.

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LA MADRE (2023)

critica la madre

Jennifer López se sumerge en la acción con algunos altibajos técnicos. La Madre no va más allá de una propuesta entretenida. Transmitiendo en Netflix, con Joseph Fiennes y Gael García Bernal.

La producción de Netflix y la dirección, a cargo de Niki Caro, están dispuestos a darle todos los gustos a la superestrella del cine y la música Jennifer López. La versátil actriz es el centro absoluto de atención en un film de guion simple y edición entrecortada que, a la vista, termina perjudicando la calidad de cada secuencia de acción. Dichos altibajos también se exhiben en parte de la historia en donde no era necesario un tiempo de ejecución de dos horas para desarrollarla. La Madre, no es el retorno esperado de Jennifer Lope al cine de acción pero cumple con su función de entretener.

La trama sigue a la embarazada francotiradora (Jennifer Lopéz) convertida en informante del FBI con el fin de hacerse con la captura de dos traficante de armas, Adrian Lovell (Joseph Fiennes) y Héctor Álvarez (Gael García Bernal).  Los hombres no son solo objetivos de la agencia, sino que también representan un riesgo considerable para La Madre, ya que uno de ellos es presumiblemente el padre.  Después de un fallido intento de asesinato contra ella, se ve obligada a desaparecer para proteger a su hija. Años más tarde, sale de su escondite cuando descubre que su hija adolescente se encuentra en peligro.

Se dijo que La Madre tiene altibajos técnicos que pueden llegar a sopesar lo que debería ser una solida película de acción. Su simple guion le permite moverse de una secuencia a otra pero pocas veces lo hace con éxito y ello se debe a su mala edición, visiblemente entrecortada. La dirección cuidada en los planos de la bella figura de López, en donde nos muestra su excelente estado de forma , no se condice con una destacada puesta en escena en los momentos de acción.

En su defensa su puede argumentar que aquellos cortes rápidos e intempestivos puede deberse al uso de dobles en escena o para encubrir algún error en la filmación. Pero lo cierto es que la edición aquí empleada impide que la acción se prolongue un tiempo más del habitual, restando emoción y calidad en el producto final. Con lo que los entretenidos momentos de acción exhibida, se muestran descalibrados.

La película tiene una historia de fondo un tanto desprolija. Si bien el componente Madre-Hija se encuentra relativamente bien plasmado, la dinámica de personajes secundarios no evidencia atención alguna. Los hombres más buscado del FBI y que representa un riesgo considerable en la Madre se encuentran desdibujados. El personaje de Gael García Bernal es el que más sufre y luce intrascendente. Joseph Fiennes tiene un poco más de peso protagónico moldeando un sencillo villano sin ninguna faz emocional. En este aspecto el talento en pantalla, es desperdiciado.

Ahora bien, la clave de la confianza de La Madre es Jennifer López. Esta comprometida con su trabajo. A pesar del evidente uso de dobles en algunas escenas (especialmente los planos largos), López luce esplendida y no desentona cuando entra en acción. Lo mismo sucede con la interacción con su hija. La Madre es dura y de pocas palabras pero posee un instinto maternal que el personaje trata de negar. López logra transmitir esa sensación y hace que la película, a pesar de todo, funcione.

Por último, queda la sensación que a la película le sobre media hora en sus dos horas de tiempo de ejecución. La narración directa y sencillez del guion no son equilibrados, siendo el segundo acto (drama familiar) el que más se prolonga en el tiempo, y si bien sirve para acercar la distancia emocional entre Madre e Hija, no logra culminar acabadamente el tercer acto final, ligeramente anticlimático.

RESUMEN

Con todo, se puede decir que La Madre no es de aquellas películas de acción a considerar. La edición, entrecortada, no logra lucir las secuencias de acción que merecían ser más prolongadas. No obstante ello, cumple como entretenimiento con una Jennifer López comprometida.

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EL EXORCISTA DEL PAPA (2023)

la verdadera historia del exorcista del papa

Russell Crowe lucha con los demonios en un subgénero de terror que no asusta tanto como debería pero que brinda buenas dosis de entrenamiento. El Exorcista del Papa dividirá opiniones, pero no funcionaría sin la destacada actuación de Crowe.

Puede que haya servido de inspiración el clásico de terror e William Friedkin de 1973, El exorcista, pero la cuestión es que El Exorcista del Papa no tiene ninguna intención de emularlo. La observación aquí pone de relieve el tratamiento de un subgénero de terror, como es el exorcismo, con practicas religiosas que operan como rituales sobre un cuerpo poseído, materializado con sutiles toques graciosos que aporta el personaje de Crowe, mientras la película se desdobla hacia la aventura. Este tono elegido por la dirección prioriza el entretenimiento visual y funciona en gran medida por la destacada interpretación de Crowe. A pesar del mal que representa y trata de combatir , la sangre y su fuerte partitura musical, EL Exorcista del Papa no da mucho miedo.

La historia sigue a el padre Gabriele Amorth, un sacerdote católico, de la vida real, que afirmó haber realizado decenas de miles de exorcismos en su carrera.  Inspirándose en las memorias y los archivos de casos del propio Amorth, El Exorcista del Papa trata sobre la batalla de Amorth contra varios demonios, que poseían a personas inocentes.  Mientras el Exorcista en Jefe del Vaticano investiga el caso de un niño poseído, también se encuentra con una antigua conspiración que la Iglesia Católica ha tratado de mantener oculta durante siglos.

El exorcista del Papa cuenta con buen material original. La película dice basarse en las memorias del Padre Amorth (Mi batalla contra Satanás y Un exorcista cuenta su historia), quien fue un clérigo que supuestamente cometió más de 100.000 exorcismos, de fe inquebrantable y que combatió en la segunda guerra mundial. Los pergaminos del padre Amorth se enrostran en la figura de Crowe, quién logra nivelar el tono oscuro y malévolo de la película con acertados toques de humor, mientras impone sus practicas religiosas.

En este aspecto, la película puede llegar a perder algún brío de terror bien ganado con remates graciosos en la interpretación de Crowe. Pero lo cierto es que su labor refleja a la personalidad de un hombre que ha vivido una vida plena y su sentido del humor es quizás la razón para mantenerse firme contra las fuerzas del mal. La dirección se apoya en la solvencia y carisma de Crowe, quién mantiene a la película sobre la superficie.

Ahora bien, El exorcista del papá toma riesgos en beneficio del entretenimiento visual. Esto es, adopta ciertas libertades creativas dejando a la película, en su segunda mitad, más cerca de la aventura que en el genero que representa. La dirección a cargo de Julius Avery, responsable de Operación Overlord, no tiene la intención de someter a la audiencia en una sola habitación, con un cuerpo poseído, de risa diabólica, mientras pronuncia un lenguaje vulgar . Hay una historia de fondo, que presenta, además, una conspiración religiosa que lleva a los personajes a investigar sus orígenes.

De manera que, El exorcista del papa, adopta un camino demasiado ambicioso con una serie de secuencias de sangre y cuerpos fantasmales dignas de las películas de aventuras en las que su fallo y acierto dependerá del gusto del observador. En este aspecto y a juzgar por el manejo de la historia, se evidencia un esfuerzo de evitar imitar otra clásica película de exorcismo. Razón por la cual se inspira en películas famosas, tratando de forjar su propio camino, ocupando un posible vacío dejado por películas como El Código Da Vinci.

RESUMEN

En resumidas cuentas, El exorcista del papá traerá sensaciones encontradas. Para aquellos que busquen profundidad en el genero de terror de exorcismo, saldrán algo decepcionados. Mientras que el resto, disfrutará de un efectivo entretenimiento que se mantiene gracias a la implacable presencia de Russell Crowe.

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GHOSTED (2023)

Sin el encanto esperado de su pareja central, el thriller de espías romántico, Ghosted, transmite pocas sensaciones y apenas cruza el límite del entretenimiento. Con Chris Evans y Ana De Armas.

Ghosted, es de aquellas películas que tienen potencial que, sin embargo, no está del todo explotado. Cuenta con dos estrellas internacionales carismáticas como Chris Evans y Ana De Armas pero, extrañamente, no logra conectar en escena a sus dos artistas. Evidenciando una falta de romance genuino, que la trama demanda, a pesar de buscar la ruta del entretenimiento con aceptables secuencias de acción. El thriller, con toques de comedia, acción y romance fracasa en casi todos sus ámbitos y la razón se debe a su falta de identidad. Sin encanto y el carisma esperado de Evans y De Armas todo fluye a la simplicidad mecanizada, que apenas cruza el límite del entretenimiento.

La trama sigue al agricultor Cole Turner (Chris Evans). Un soltero, que vive con su familia y conoce mucho de plantas. Esto lo lleva a conocer a Sophie (Ana De Armas) en un puesto de ventas agrícola para luego involucrarse sentimentalmente después de su primera cita. Cuando no recibe noticias de ella, decide viajar a Londres para sorprenderla en su lugar de trabajo. En el camino es secuestrado por un grupo de terroristas que lo confunden con un espía bajo el supuesto de que es conocedor de una clave para desbloquear un arma nuclear. Llegado el momento, Cole descubre que Sophie es un agente de la CIA, que siempre estuvo un paso adelante. Con el jefe criminal Leveque (Adrian Brody) pisándole los talones, deberán evitar que el arma caiga en el inframundo criminal mientras descubren sus secretos íntimos.

Si hay algo que no funciona como debería en Ghosted es precisamente la química de su pareja protagónica. Tanto Evans como De Armas son geniales en otras propuestas, son carismáticos y su unión es un atractivo sin dudas, pero desgraciadamente nada de aquello fluye aquí y ello termina perjudicando claramente la esencia de la trama. El thriller tiene el clásico condimento que proporciona el modelo de parejas “desparejas”, con toques de comedia ligera y secuencias de acción impulsadas con pegadizas partituras musicales.

El problema radica en la construcción del romance, que los interpretes no saben sobrellevar por falta de sentimientos genuinos que no se perciben como debería. Los aspectos “románticos” aquí no son tan intensos y los resultado no son los esperados producto de una relación simplista y poco intimista en los responsables de transmitirlos. Tampoco funcionan los toques de comedia. Si bien son desarrollados durante las secuencias de acción, las mismas no tienen el impulso gracioso que se necesita. Evans, es el encargado, en su mayor parte, de ejecutarlas pero pocas veces da en el blanco. Su personaje sufre una clara falta de identidad que se hace aún más notoria en los tramos finales del film. En cuanto a De Armas, es la que ejecuta casi todas las escenas de combate, pero ninguna esta a la altura de otras propuestas.

La escritura de Ghosted tampoco está muy interesada en llevar los límites de la pareja más allá de los previstos. El debido tiempo que se toma en la introducción del romance no goza de sinceridad posterior y si bien hay una clara intensión de desarrollar emocionantes secuencias de acción, las mismas son endebles. Con excepción de la lograda escena del colectivo, las restantes siguen la línea ordinaria de lo ya conocido y en la que la dirección le da fuerza con pegadizas bandas sonoras. Con todo ello, la audiencia juzgara su valoración de acuerdo a su nivel de exigencia.

Ghosted, cuenta con una serie de cameos, que no hacen nada en términos de aumentar el valor del entretenimiento. Las fugaces entradas/salidas de caras reconocidas (todos de la factoría Marvel) parecen ser compromisos contractuales de aquellas estrellas en una clara muestra de falta de identidad de una trama que no se escribió con sentimientos genuinos. Con todo, la capacidad para entretener se ve vulnerada por la falta de romance sincero y una trama secundaria de espías mecanizada. Su resultado no es el esperado y los actores no encajan tan bien como deberían.

RESUMEN

En resumidas cuentas, Ghosted fracasa en muchas aspectos y es una oportunidad pérdida. El encanto y carisma de Chris Evans y Ana De Armas no se muestra aquí y decepciona teniendo en cuenta el talento involucrado.

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CREED III (2023)

Critica Creed III

La tercera entrega del “olvidado” hijo de Apollo Creed no está al nivel de sus predecesoras. Con una ausencia palpable de Rocky, Creed III, se abre indefectiblemente a su propio camino con una narrativa poco seductora y una convincente dirección que brinda un entretenimiento asegurado.

Michael B. Jordan parece tener las cosa claras, el actor ( ahora devenido director) que interpreta al “olvidado” hijo de Apollo Creed, Adonis Creed, está decidido a transitar su propio camino. Con la notoria ausencia (con aviso) de Sylvester Stallone y cualquier reminiscencia hacia Rocky Balboa, la nueva cinta de boxeo toma el inevitable riesgo de continuar sin el alma de la franquicia. Como entretenimiento cumple sin exigencias con sus pulidas secuencias de boxeo pero flaquea en puntos centrales de su narrativa que pueden llevarla al desgaste de la historia.

Después de ostentar el título mundial de pesos pesados, Adonis Creed decide alejarse de los cuadriláteros y concentrarse en su vida familiar y promover a futuros boxeadores. En su gimnasio se entrena el campeón mundial de los pesados, título que se tendrá que revalidar próximamente y el que Adonis gestiona su promoción. Sin embargo, un amigo de la infancia y antiguo boxeador, Damian Anderson, (Jonathan Majors), resurge después de cumplir una larga condena en prisión, interrumpiendo la paz que Creed ha encontrado para sí mismo en su retiro.  Ansioso por demostrar que merece su oportunidad en el ring, Damian crea problemas en las que solo se pueden solucionar arriba del ring. Ahora, Creed tendrá que enfrentar a un hombre que no solo tiene hambre de gloria sino que no tiene nada que perder.

Como preludio de lo que se dirá a continuación hay una serie de factores que bien pueden tenerse en cuenta y que inevitablemente balanceará en el animo del público adulto, estos últimos asiduos seguidores de la franquicia Rocky/Creed. La ausencia con aviso pero inexplicable de Sylvester Stallone como Rocky-primera película sin la parecencia del icónico personaje- hace que todo lo que luzca se mire de reojo, como una observación de prueba y comparación con sus anteriores entregas. Hay que decir que estos métodos son síntomas inevitables que funcionan automáticamente por culpa del legado exitoso de Rocky Balboa y su sana costumbre de presenciarlo en pantalla.

El otro condicionante es el arrastre de la historia que limita la eficiencia del guion. Aquí, Michael B. Jordan, en su doble rol- actor/director- cuenta con un guion poco seductor y su animo de ofrecer algo diferente en términos visuales termina sacrificando cierta cuota de emotividad. Esta sensación de humildad y grandeza ante la superación personal no debe ser comparada con las películas de Rocky y su explicación se debe a que la audiencia ya la ha comprado y no acepta imitaciones. Ello, no obstante, se ha tenido en cuenta en Creed III al matizar la sesiones de entrenamiento y otorgar un original uso de cámara lenta en las secuencias de boxeo.

Dicho esto, Creed III se balancea entre el pasado del protagonista, con la irrupción de un antiguo amigo boxeador, y un drama familiar que lo mantendrá alerta. Ninguna de las cuestiones tienen el impacto deseado y si bien son manejadas con criterio por la dirección e interpretes, nunca alcanzan el nivel máximo de de emoción genuina. En su defensa, se puede decir que el guion no colabora demasiado. Basta mencionar la oportunidad que tiene el amigo de Adonis, a pesar de que nunca ha boxeado a nivel profesional para luego enfrentarse al que detenta el título. Esta observación del esquema narrativo puede pecar de exagerado pero es justamente la grandilocuencia del oponente lo que ha caracterizado toda la franquicia y Creed III no lo tiene.

A pesar de ello, las actuaciones aquí son convincentes. Especialmente de Jonathan Mayors como Damian “Dame” Anderson, quién logra por momentos opacar a la figura de Creed con una interpretación matizada. En el cuadrilátero es donde mejor se desenvuelve la película ofreciendo una novedad en el desarrolla de las secuencias de combate. El uso, en ocasiones trascendentales, de la cámara lenta ofrecen una cuota de frescura y originalidad. La técnica utilizada recuerda al enfoque estilizado de las películas 300 y Sherlock Holmes con una dirección creativa solida. Pero, como toda novedad, puede que distorsione la fluidez constante y brutal que se requiere en las películas de boxeo en donde la materialización de la emotividad no requiere de esos trucos.

Michael B. Jordan parece encaminar el titulo de la saga en una cuarta entrega. Decidido a olvidar su pasado (la referencia a Rocky es nula) deberá encontrar más trucos que los visuales para suplantar el rendimiento de emotividad decreciente. Eso sí, Creed III cumple acabadamente como entretenimiento.

RESUMEN

En resumidas cuentas, Creed III cumple con el deseo de entretener pero adeuda emotividad y no está al nivel de sus predecesoras. La creatividad detrás de cámara (con efectos de cámara lenta) logran su cometido pero no va más allá de un meritorio truco visual. Creed se olvida completamente de Rocky Balboa, algo que no será esquivo en los seguidores del semental italiano.

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AGENTE FORTUNE: El Gran Engaño (2023)

critica operation fortune

Jason Statham y Guy Ritchie vuelven a reunirse en una comedia de acción sin encanto. Agente Fortune tiene algunos buenos momentos pero no evita un resultado decepcionante.

Marcar un estilo en la dirección es tal vez la tarea más difícil de lograr en la cada vez más competitiva y repetitiva industria cinematográfica. Aquel “sello distintivo” es lo esperable en ciertos directores que han forjado una reputación a fuerza de un talento valorable detrás de cámara. Guy Ritchie es, sin dudas, uno de ellos al dotar de cierta originalidad a la narrativa en la cual está involucrado. El sarcasmo y la masculinidad en sus ocurrentes diálogos y personajes se mezclan con una cuidada puesta en escena que sirve para diferenciar sus productos del resto. En Agente Fortune, se rodea nuevamente con un gran elenco conocido en una historia de andar irregular y con una comicidad un tanto anticuada que los escasos momentos de acción no pueden subsanar. Con lo dicho, y por ser una película de Ritchie, el resultado es decepcionante.

La trama  sigue al superespía Orson Fortune (Statham), a quien se le ha encomendado la tarea de recuperar un dispositivo robado.  No se sabe mucho acerca de lo que es exactamente, pero es muy peligroso y vale miles de millones de dólares.  Fortune está emparejado con la hacker Sarah Fidel (Audrey Plaza) y un hombre de respaldo llamado JJ Davies (Bugzy Malone).  El trío, para lograr su cometido, deberá acercarse al traficante de armas Greg Simmonds (Hugh Grant) que involucra a su actor favorito de todos los tiempos, Danny Francesco (Josh Hartnett), para que la misión sea exitosa.

Si hay algo que caracteriza a Guy Ritchie es la facilidad para construir encanto en sus personajes. Independiente del valor de la trama, los personajes brillan en sus películas por la energía y atracción que generan las distintas personalidades ,las cuales son caracterizadas generalmente por un séquito de actores de su confianza. En Agente Fortune vuelve a confiar en Jason Statham pero en esta ocasión el interprete inglés no tiene la “chispa” que lo caracteriza. Las pocas escenas de acción que participa son efectivas, es lo esperable por su talento marcial, pero su personaje no tiene encanto. La faceta cómica con la cual pretende involucrarse nunca dan en la tecla y por momentos se siente anticuada, reprimiendo la gracia y el entusiasmo que Statham acostumbra tener.

Dicho esto y ensayando una defensa en favor de Statham se puede argumentar que su personaje no está bien construido desde su matriz. Los diálogos no tienen picardía y sarcasmo para cerrar la comicidad de cada escena, con lo cual su cierre es causal de risa forzada. En líneas generales, sucede lo mismo con el resto de los personajes. La falta de personalidad los carcome y ninguno de ellos logra destacarse, con una tibia excepción de Sarah Fidel, quién logra algo de sustancia en su caracterización. En este momento, la habitualidad es dotar a la contraparte femenina, de fuerza y energía necesaria para contrarrestar el agrado de la espía, que hackea, sin esfuerzo, cualquier dispositivo móvil a su alcance. La ladera de Hugh Grant, Emilia, (Lourdes Faberes) es una pieza ajena de un rompecabezas, con lo cual su participación nunca termina de encastrar.

Por debajo del radar también se encuentra Josh Hartnett (acostumbrado últimamente a los cameos). Su personaje genera atractivo por la potencial situación de peligro que le toca atravesar. En la ficción es un actor que tiene que actuar de sí mismo, pero nunca logra reafirmarse en el papel y, como gran parte de sus compañeros, fracasa.

Por lo dicho, quienes sigan la filmografía del cineasta inglés se sentirán decepcionados por el solo hecho de no presenciar el talento por el cual Ritchie es conocido. En cuanto a Statham, hace lo que acostumbra hacer pero con poco entusiasmo. Las secuencias de acción en las que participa no tienen la estética y creatividad del director, con lo cual el espectáculo visual se siente pedestre.

RESUMEN

En resumidas cuentas, Agente Fortune: El Gran Engaño, es una misión de espionaje superficial. La falta de personalidad y encanto de sus personajes, como la ausencia de estética en la realización de la dirección hacen que le film sea decepcionante.

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LUTHER: Cae la Noche (2023)

El thriller de Netflix sigue el estereotipo del asesino serial y su búsqueda desesperada, sin detenerse en su perversa motivación. Luther, tropieza sobre sus propias pistas y se apresura en su conclusión final. Basada en la serie de televisión de la BBC, el largometraje de dos hora de duración tiene un potencial atractivo, que no trasciende. Con Idris Alba y Andy Serkis.

Se dice que la mente criminal de quien está dispuesto a ejecutar un delito tiene que estar acompañado de una motivación evidente, la cual actúa como fuerza impulsora de cualquier plan siniestro. Siempre en territorio cinematográfico, el guion le concede al villano un andar delictivo justificado por comportamientos sociales que el mismo sufre o que combate con su cuestionado perfil psicológico. Esta pauta, muchas veces absurda o estereotipada, sienta las bases de la motivación criminal y su consecuente persecución. Luther, tiene un extraño modo de seleccionar víctimas para luego aprovecharse de sus vergüenzas, algo que no está del todo mal sino fuese por el fallido y desmotivado plan maestro del asesino en serie. Dicho esto, la película no alcanza a convencer a pesar de su excelente manejo de cámaras y de una banda sonora que mantiene expectante cada secuencia.

Cuando el trastornado David Robey (Serkis) desata una serie de asesinatos en Londres, el detective en jefe John Luther (Elba) es llamado a resolverlos. Pero justo cuando la investigación se pone en marcha, sus pasadas decisiones se revelan al público, y rápidamente es arrestado.  Una vez que escapa de prisión, Luther tiene la misión de atrapar al asesino, mientras es perseguido por su propio departamento policial. Con la ayuda de su antiguo y retirado jefe deberá unir las pistas que lo lleven a la madriguera de la mente criminal.

Inspirada en la homónima serie televisiva de 21 episodios, la película parece tener demasiado material con el que trabajar, ocasión que termina jugando una mala pasada por una sucesiva cadena de acontecimientos mal involucrados. Luther, parte de una trama sencilla y deja ver al criminal en su primer acto. Riesgo que la costosa producción está dispuesta asumir para enfrentar a sus dos personajes antagónicos. El problema radica en el villano. Serkis , conocido por sus papeles de captura en movimiento (Gollum, del Señor de los Anillos y King Kong) es un coctel de sonrisa y andar caricaturesco.

El guion le otorga la facilidad para secuestrar víctimas, y ocultarlas por un largo tiempo, como extorsionarlas bajo el pretexto de publicitar intimidades o delitos que están fuera del radar. Así, la “vergüenza” es el arma psicológica con la cuenta el criminal para apoderarse de sus voluntades y guiarlas a fines indeseados. Ante ello se puede decir que el estado de “rehén” de las víctimas” es inquietante pero de allí justificar un suicidio en masa es algo difícil de asimilar, más cuando la motivación de quien la ejecuta no está fundamentada.

Sin animo de generar spoilers, se puede decir que el plan maestro consiste en crear una “habitación roja” de transmisión en vivo para un grupo reducido de mentes perversas. La idea es que se visualice torturas y asesinatos de victimas inocentes pero la cuestión es algo confusa. ¿Por qué? y ¿Para qué lo hace?. Preguntas que llevan a la indefectible motivación del criminal, ausente aquí sin razón, derrumbando el ágil empleo de la narrativa. Entonces, lo que queda es el simple hecho de que el protagonista de caza al criminal sin pretexto alguno.

Ahora bien, la dirección utiliza una serie de trucos visuales bien elaborados que hacen que el film se vea realmente bien. Las diferentes tomas aéreas como algunas de sus localizaciones (la última en la nieve) dan carácter de majestuosidad. Pero lo cierto es que no hay ninguna toma que no se haya visto antes; las escenas de lucha son algo torpes y la tensión de la trama es impulsada por una competente banda sonora. En este aspecto se puede decir que el valor de la producción tiene altibajos que no puede levantar, incluso, en su acto final culminante.

Por último, se encuentra la labor protagónica de Idris Alba. El actor afroamericano , por el cual algunos piden como la nueva cara del agente 007, a juicio del que suscribe inapropiada por la edad de Alba (cerca de cumplir 51 años), entre otras cualidades, tiene una participación algo desalineada. Quizás la falta de pistas concretas con la cuenta la trama lo hayan privado en la determinación del personaje. Su labor aquí no es otra que perseguir bajo la oscuridad a un delincuente desmotivado, mientras busca redimirse de una promesa incumplida.

RESUMEN

En resumidas cuentas, Luther entretiene por su costosa puesta en escena y por algunos giros involucrados. Pero, el corazón del film deja de latir en sus tramos finales por la falta de motivación del plan siniestro del villano involucrado.

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PLANE (2023)

Con recursos técnicos limitados, Plane es un digno entretenimiento del cine de clase B. La figura y actuación de Gerard Butler hace que aquello sea posible.

Con una clara intensión de exponer lo que alguna vez fue el glorioso cine de los ochenta , la película protagonizada por el escoces Gerard Butler tiene mucho para ofrecer en cuestiones de entretenimiento. La dirección a cargo del francés Jean Francis Richet combina rasgos de aquella época con una narración dinámica y por momentos violenta. Su limitado presupuesto en rubros técnicos no es óbice para la representación del héroe valiente y con nervios de acero, algo que Gerad Butler sabe representar a la perfección maquillando diálogos, situaciones y personajes un tanto caricaturescas. Plane, no pretende ser real ni genuina sino que se inspira en la autenticidad de los héroes de antaño logrando un puro y digno entretenimiento.

La historia sigue al valiente y decidido piloto Brodie Torrance (Gerard Butler), quién se ve obligado aterrizar su avión comercial por problemas mecánicos a causa de una gran tormenta eléctrica. Navegando a ciegas y con poco combustible logra aterrizar en una isla remota de filipinas ocupada por mercenarios y secuestradores. Mientras busca comunicación exterior con la ayuda de un prisionero en vuelo (Mike Colter), miembros de la tripulación y pasajeros sobrevivientes son tomados como rehenes. Ahora, deberá rescatarlos sin antes atravesar una jungla y amenaza desconocida.

La película puede dividir opiniones sobre la profundidad en la que se retratan los personajes. En líneas generales la trama tiene mucho para ofrecer con un capitán de una aeronave viudo y una hija que lo espera para pasar la víspera de año nuevo. Pero la dirección no tiene intención de perturbar al observador con la ambientación de sus dos escenarios. Las vivencias dentro del avión como en la isla acechada por secuestradores locales inclinan la balanza hacia la emoción de lo que genera las típicas películas de acción de los ochenta. Y si bien algunas son violentas están estructuradas para engrandecer el camino del héroe. Es en este punto donde la película se hace fuerte en términos de entretenimiento a pesar de contar con un evidente presupuesto limitado el cual pasa algo desapercibido por la siempre efectiva presencia de Gerard Butler.

El actor escoces hace todo lo posible para mantener siempre a flote la narrativa con una caracterización satisfactoria, muy acorde con los héroes de antaño. El capitán Brodie es un hombre normal que intenta hacer lo correcto con pocos recursos disponibles. El guion le ofrece la misma dirección con lo cual la interacción entre los personajes no es tan profunda como debería. No obstante ello, la dirección se encarga de mantener a la audiencia comprometida de principio a fin y eso es un acierto teniendo en cuenta el genero que representa.

Plane, tiene una misión con el observador que no es otra cosa que entretener, por más que en ocasiones lo que se exhibe no tenga mucho sentido. Algunas deficiencias de ritmo entre algunas escenas se compensa con la adrenalina bien ganada que generan las situaciones de peligro. El thriller de acción es una vuelta al pasado, donde los héroes salían fortalecidos por su compromiso con la valentía y preocupación por los demás. Aquí, Butler parece replicarlo con una actuación enérgica medida compensando cualquier defecto técnico visual, como es el caso del avión que atraviesa una tormenta eléctrica. En otro orden de cosas, hay mucho en juego a lo largo de la historia y la recompensa es bien ganada.

RESUMEN

En ultima instancia, Plane (Alerta Extrema) tiene una historia simple para contar y su visualización justifica el entretenimiento con un Gerard Butler que da lo mejor de sí para que aquello suceda.

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HIGH HEAT (2022)

El encanto de Olga Kurylenko y la vuelta de Don Johnson no pueden salvar a la película de la mediocridad. Entre las moderadas secuencias de acción y su apuesta a la comedia, High Heat desaprovecha todo lo que construye.

Los créditos iniciales de High Heat presume pensar que la película será tan ligera como un plato de comida rápida. Algo que no es un reproche, teniendo en cuenta las dimensiones presupuestarias que tienen los largometrajes de clase “B”. Pero mientras estas se construyen con una idea clara en términos de ejecución, High Heat no logra imponer los géneros que transita. La indefinición se hace notoria cuando mezcla la acción, comedia y algo de drama sin buenos resultados a pesar del buen elenco actoral el cual no tiene mucho material con el que trabajar. Las buenas intenciones de la película no se plasman en su estructura a pesar del encanto de Kurylenko y la vuelta de Don Johnson. Así, High Heat tiene poco para ofrecer y desaprovecha todo lo que construye.

La historia sigue a Ana (Kurylenko), una promisoria chef que está a punto de inaugurar un restaurante de primera categoría. La acompaña su esposo y socio comercial (Don Johnson), quién esa noche recibe vistas inesperadas de un antiguo amigo que reclama una deuda. Cuando los mafiosos se deciden quemar los cimientos de restaurant, se revela que Ana no solo tiene el talento para el arte culinario sino también que es una antigua integrante de la KGB. Para salvar el emprendimiento, deberá desterrar sus “habilidades” en lo que será un enfrentamiento de una sola noche.

Se dijo que la película tiene buenas intenciones y esto se evidencia en el tono rápido y caricaturesco que se le imprimen a todos sus personajes. El problema radica en su aspiración a ser algo más de lo que realmente es. High Heat tiene una duración de una hora y veinte minutos y trata de abarcar y mezclar diferentes géneros con resultados negativos. El elenco secundario a disposición de la dirección es realmente bueno (raro en películas de clase “B”) pero aquellos interpretes no tienen ni el guion ni el tiempo para profundizar sus personajes. Ejemplo de ello es el cómico aporte (desaprovechado ) de Jackie Long, convirtiéndose, quizás en el único ejemplo de éxito en ese sentido.

La película tiene pocas locaciones. La cocina del restaurant y un estacionamiento vacío son los entornos donde se desenvuelven las pocas y aceptables secuencias de acción. En este aspecto no tiene mucho para ofrecer y se siente algo moderada y un tanto limitada teniendo en cuenta lo disparatado de su comicidad. Olga Kurylenko usa su encanto para materializar cualquier situación de peligro pero ello no es suficiente y no puede salvar a la película de su mediocridad.

En cuanto a Johnson, muestra química con su estrella principal y si bien es la fuente del conflicto con la cuantiosa suma de dinero adeudada , su aporte no deja de ser secundario. La interacción de mafiosos, deudores y asesinos encubiertos no está bien materializado y ello se evidencia en los focos de conflicto que se van abriendo camino. Así, High Heat se va apagando con el correr de los minutos mientras se observa de reojo las agujas del reloj. Un pecado capital para una propuesta que tiene el fin de generar entretenimiento, sin exigencias.

RESUMEN

High Heat tiene buenas intenciones que la dirección no alcanza a ejecutar. Lo que debería ser su fuerte de exposición (la acción ) es moderada y limitada con lo que la expectativa y el interés se irán diluyendo en el correr de los minutos. El elenco no es un problema pero el guion sí lo es al no saber controlar los diferentes géneros que transita. Con todo, Kurylenko y Johnson no pueden salvar a la película de la mediocridad.

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LOS CRIMENES DE LA ACADEMIA (2023)

La novela policíaca protagonizada por Christian Bale adopta una narrativa simple y medida en términos de misterio gótico. Inobjetable técnicamente pero discutible en cuento a personajes involucrados, Los Crímenes de la Academia ( The Pale Blue Eye) se hace fuerte por su competente reparto actoral logrando que la historia se vuelva cautivadora. Disponible en Netflix.

No es muy común en el cine moderno apostar por un genero de películas que representen la investigación y el misterio en el siglo XIX. La ambientación de época que representa el vestuario y diseño de producción, al igual que un reparto actoral involucrado, son cruciales para dar vida a una investigación de asesinato. Los Crímenes de la Academia cumple acabadamente en estos términos dentro de su simple premisa. Puede ser juzgada por la escasez de pistas o personajes sospechosos pero se redime en su tercer acto con un final más que satisfactorio.

La historia sigue al famoso detective Augustus Landor (Christian Bale), quién es convocado por la Academia Militar de los Estados Unidos para resolver una muerte en sus instalaciones. Con la ayuda oculta del cadete y poeta Edgar Allan Poe (Harry Melling), Landor busca llegar a la verdad y resolver el misterio en el que pueden estar involucrado practicas satánicas. Mientras se acerca a la monstruosidad del acto violento, los motivos detrás de él son tan humanos como parecen.

Los Crímenes de la Academia acierta con su primer acto con un lenguaje visual que logra captar inmediatamente la atención. En este punto el director Scott Cooper demuestra astucia en exponer el hilo de la historia en sus minutos iniciales, creando un atmósfera oscura sin abusar de la crueldad del acto violento. La habilidad aquí radica en atrapar al observador con un misterio simple y descansar en las espaldas de un excelente reparto actoral como de su impecable fotografía. Lo dicho, no quita el innegable talento de la dirección. Pero a juzgar por el material que tenía entre manos bien podría haber involucrado más personajes sospechosos genuinos. La advertencia es hartamente discutible ya que se puede rebatir ( y con razón ) en que no es necesario una gran cantidad de personajes para develar un misterio y dar forma al increíble acto final que tiene el film.

Christian Bale es un gran actor. Sus interpretaciones tiene el sello de credibilidad y en esta ocasión el interprete se siente demasiado cómodo. August Landor es un detective tranquilo e intenso, rasgos que Bale sabe matizar a la perfección como también los vaivenes de su carácter. Sin embargo no está solo. Lo acompaña un vibrante y cautivador Harry Melling, como Poe, que si bien tiene un rol secundario, su interpretación y aporte están en el mismo nivel que su estrella principal. El resto del elenco cumple en buenos términos (Robert Duvall tiene un pequeño papel aquí ) pero por lo dicho anteriormente se sienten algo desaprovechados. Ejemplo de ello es la familia del Dr. Marquis que bien podría haber tenido mayor focalización y tiempo de calidad en su narrativa para que atraigan más sospechas que las que realmente tienen.

La investigación (con ingredientes sobrenaturales) que se desarrolla en un tiempo de ejecución de aproximadamente dos horas se puede llegar a sentir algo extensa y con la idea de que se podría haber acelerado el ritmo y sensación de urgencia en algunas escenas. Ante ello se puede argumentar que la dirección no tendría la intención de generar lo esperable en cuestiones de clímax, sino fortalecer la trama con pistas y relatos para desembocar en su satisfactorio final. En relación a ello, puede que resulte necesario una segunda visualización para incorporar algunos detalles perdidos durante su primera. La cuestión será si abra voluntad de volver por la misma experiencia.

RESUMEN

En última instancia, Los Crímenes de la Academia es una buena película de misterio. No es innovadora ni digna de aplausos. Pero cumple acabadamente con una premisa efectista. Las interpretaciones de Bale y Melling junto a su destacable puesta cinematográfica hacen del film un valor agregado.

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