El primer episodio de la serie de HBO es una fiel adaptación del clásico videojuego. Con un inicio tenso, violento y postapocalíptico, The Last Of Us demuestra que lo mejor está por venir.
Adaptar un exitoso videojuego a la pantalla no siempre es garantía de éxito. Múltiples razones como no saber capturar la esencia del material original, profundizar su trama o simplemente equivocarse en el formato de transmisión elegido pueden llegar a estropear cualquier buena intención creativa. No son pocos los que han fallado en el intento de materializar la vivencia y atracción de lo que genera la naturaleza de un videojuego, que capta multitudes y horas de apego a la televisión, determinando una inquietante decepción a la hora de su resultado final. No es el caso de The Last of Us, el fantástico juego de supervivencia de la famosa consola playstation de Sony, cuya adaptación, sabiamente elegida en formato de serie, logra captar la misma sensación de su fuente original.
El espíritu del primer videojuego cobra vida en su primer capítulo que la cadena de televisión HBO adopta en su primera temporada. Con un trasfondo postapocalíptico, The Last of Us es un camino desesperanzador en búsqueda de la esperanza, aquella que pueda calmar el dolor de un padre mientras un virus desconocido azota a la humanidad. Una niña solitaria será la clave de una historia conmovedora. Tensa, interesante y violenta en su ejecución, The Last of Us (su primer capítulo) capta la esencia del videojuego y transmite la extraña sensación de lo que lo mejor está por venir.
The Last of Us sigue a Joel (Pedro Pascal), un hastiado residente de la Zona de Cuarentena de Boston que perdió a su hija durante un brote de un virus (Cordyceps). La pandemia lleva 20 años azotando a la humanidad y ahora la fuerza militar fascista (Fedra) controla todos los puntos limítrofes, imponiendo reglas y responsabilidades que si se desobedecen se paga con la pena de muerte. En ese contexto trabaja Joel, contrabandeando píldoras y productos ilícitos dentro de la Zona de Cuarentena. Hasta que la líder de la resistencia Marlene le encarga una tarea que no puede rechazar. Debe llevar fuera de los límites permitidos a Ellie (Bella Ramsey), una niña que puede tener la solución al destino de la humanidad.
El primer capítulo de la serie de The Last of Us es una sólida entrada para los conocedores del reconocido videojuego de Sony como para aquellos que se inician en la aventura postapocalíptica zombie. A la pregunta de que si no es algo tarde para su adaptación, teniendo cuenta que el juego debutó en la consola PlayStation 3 en el año 2013, sumado al extenso catalogo de películas y series con argumento zombie, en la que se destaca de The Walking Dead, se puede decir que el inicio de la serie tiene un drama emocional que va más allá de lo que pueda suceder con la amenaza del virus.
Afortunadamente el creador del juego, Neil Druckmann, se involucra en el programa de televisión asegurando que la esencia postapocalíptica dramática sea la misma que el juego que le procedió. Los personajes de Joel y Ellie van dando forma a lo que será el verdadero espectáculo de la historia. Todo ello con un trasfondo futurista y de desesperación de la raza humana en la que se exhibe con sorprendente calidad, como acostumbra la cadena HBO en la mayor parte de sus producciones.
Así, la visión que representa The Last of Us como su perfil dramático necesita de un tiempo de ejecución necesario para profundizar todos sus personajes. El acierto de la producción de HBO es haber elegido el formato de la televisión apara desarrollar cualquier referencia directa al videojuego. Con un elenco en el que se destaca Pedro Pascal, los nueve episodios permitirán contar la sorprendente historia en toda su extensión. El debut promisorio de su primera entrega (de hora y veinte minutos de duración) no hace más que pensar que lo mejor está por venir.