Con un presupuesto limitado y una escritura confusa, Agent Game se muere en el intento de ser interesante.
La apertura inicial comienza con un hombre sentado en un banco que recibe una notificación en su celular. Pronto, se levanta y comienza a disparar. Ese hombre es nada más que Mel Gibson, justamente la imagen que se antepuso arriba como muestrario. Pero que el observador no se entusiasme, el reconocido actor solo participa en pequeños fragmentos del film, que no pasarán de más de cinco minutos en total. Dicho esto, Agent Game cuenta con un elenco con caras conocidas (Jasson Issacs, Delmot Mulroney) pero su confusa escritura no logra atrapar al observador, que solo verá un simple ejercicio de actuación.
En Bélgica, un grupo especial norteamericano tiene la misión de extraer a un agente fugitivo para luego llevarlo a su país. En Europa del Este, tres agentes, Bill (Jason Isaacs), Visser (Annie Ilonzeh) y Harris (Dermot Mulroney) se encuentran interrogando un líder de la resistencia acusado de terrorismo. El sospechoso niega los hechos, mientras soporta varias técnicas de persuasión, lo que hace dudar a los examinadores. Mientras tanto, un director de la CIA (Mel Gibson) supervisa aquellas misiones con el fin de que se cumple un solo objetivo. A medida que pasa el tiempo, más se sospecha de las misiones.
Agent Game, juega con la incertidumbre en no saber lo que realmente está sucediendo o cuales son las líneas de poder involucradas. Para ello divide la historia en tres líneas de tiempo diferentes, presumiendo una intriga que no es bienvenida. La confusión es su principal defecto y si bien ello se aclara a medida que avanza la trama, queda la sensación de desprolijidad en una escritura que está lidiando con un evidente límite presupuestario.
Jugar con las líneas de tiempo, el misterio y la desorientación es un riesgo que Agent Game no está dispuesto asumir. La misión de Bélgica, en tiempo actual. La de Europa del Este ocurriendo cinco semanas antes y la Washington DC que viene en dos semanas más tarde generan desconcierto. Pretende imprimir una intriga internacional, pero tiene el efecto contrario. Las líneas atemporales terminan siendo una perdición al no saber ordenar su intencional desorden. Con lo que la escritura termina siendo de un gusto incomodo e irritable para el observador, tornándose aburrida.
Agent Game es lento y anodino, y toma casi una hora antes de que toda la situación se aclare un poco, ya que el equipo de Bélgica lidia con mensajes de texto secretos y un prisionero encapuchado, mientras que en Europa del Este suceden más cosas de las que se ven a simple vista. El film presenta algunos juegos psicológicos con un par de giros narrativos, pero distan de ser interesantes. Al final, con el inevitable enfrentamiento todo se vuelve predecible. Es como preparar algo para sorprender que ya tiene gusto y eventualmente los disparos se abren paso a la película, pero llegan algo tarde.
En este aspecto, el film cuenta con una decente secuencia de extracción incial, con disparos y explosión de buena calidad, pero parece que se ha destinado todo el dinero en ello. Las restantes se desenvuelven en una filmación oscura, pero el impacto visual es demasiado poco, acusando el lastre narrativo. Se evidencia un trabajo confiable en Jason Isaacs y Dermot Mulroney, pero mucho más no pueden aportar, más que un ejercicio de actuación.