Sin mucho para ofrecer, en cuanto a originalidad, Romance en Verona (Love In The Villa) es una simpática comedia romántica que entretiene a pesar de su extensa duración. Disponible en Netflix.
Relaciones de parejas que se rompen y viajes programados que se concretan, a pesar del infortunio amoroso, es una premisa clásica para dar pie al descubrimiento de un nuevo amor. Romance en Verona adapta elementos reconocibles en otras películas de genero, con dos dispares protagonistas que no van más allá de su simple guion. Sin mucho para ofrecer, en cuanto a originalidad, el film entretiene por la ligereza del romance, pese a su extensa duración.
La historia comienza con Julie (Kata Graham), una romántica maestra de tercer grado que está a punto de viajar a Verona junto a su novio de cuatro años, Brandon. Mientras planifica su estadía en la ciudad del amor se encuentra con lo impensado, su novio la deja porque se encuentra demasiado ahogado con la relación. Desencantada, decide realizar el planificado viaje y conocer el balcón donde Romeo se le declaró a Julieta. Después de su accidente viaje a Italia, Julie se anoticia de que su reserva está ocupada por Charlie (Tom Hopper), un apuesto pero cínico británico que no está dispuesto a irse de la habitación. Cuando logran un acuerdo de convivencia se avecina un enfrentamiento entre ambos para ver quién se va de la Villa primero. Con el encanto romántico de la ciudad no tardarán en acercar sus diferencias.
Quien esté esperando un film a prueba de pañuelos o con ingredientes suficientemente emocionantes como para respirar un aire de romanticismo, es preciso señalar que Romance en Verona no los tiene. A pesar del encanto de la ciudad italiana y de algún que otro giro del “corazón”, el film sienta las bases en el juego de las diferencias de sus protagonistas y no aprovecha el impulso final, que sí se requiere para este tipo de comedias.
No hay una representación precisa en cuanto a la perspectiva de los personajes. Todo se desarrolla en forma simple y rápida, negando cualquier tipo de individualidad. Esto hace que el trasfondo de la historia y su romanticismo pierda fuerza a causa de la ligereza en que se retrata sus 15 minutos iniciales en donde prevale las situaciones accidentadas. De manera que, ninguno de los personajes cuenta con el peso necesario para resaltar y exponer sus historias. Esto le quita profundidad a la trama atento que tanto Julie como Charlie no tienen mucho para contar sobre ellos mismos, salvo algunos escasos diálogos.
Lo mismo sucede con el viaje que lleva el título del film. Julie ha planificado minuciosamente su viaje a Verona pero poco se muestra de su itinerario. De haberse involucrado más esta circunstancia el resultado hubiese sido más satisfactorio atento que el film se beneficia enormemente por las locaciones de la ciudad.
A pesar de estos problemas, Romance en Verona tiene la capacidad para entretener por méritos ajenos antes que propios por la sencilla razón de que repite una fórmula ya comprobada. En cuanto a la pareja protagónica, cumplen acabadamente, sintiéndose más cómoda y espontanea Kat Graham que su partenaire masculino, en deuda en su tramo final cuando se requiere una exigencia de compromiso romántico. A pesar de su simpleza y por momentos, irreal guion, la pareja ofrecen una aceptable química.
Superflua, aburre, que desperdicio.