Con sus debilidades, Pasaje al Paraíso (Ticket to Paradise) cobra impulso por el encanto de George Clooney y Julia Roberts. La comedia romántica es simple, algo divertida y conformista. Aun así se las arregla para ofrecer su mejor costado sentimental.
Se puede decir que las comedias románticas están diagramadas para resentir las fibras del corazón. Hay algo en ellas que despierta una atracción placentera por el solo hecho de presenciar una representación amorosa probable. Pero aunque siempre parezcan reiterativas, con personajes antagónicos o de cultura y estratos sociales diferentes siempre salen fortalecidas por su positividad. Esta sensación es la recompensa que se busca en cada comedia romántica, sin ella el fracaso es absoluto. Pasaje al Paraíso, logra aquel concepto en los tramos finales pero no deja de ser una comedia con cierta debilidad. Simple y conformista, por no profundizar en los aspectos románticos, la película cobra impulso por el carisma de Clooney y Roberts.
Georgia (Roberts) y David (Clooney) Cotton se detestan. Después de cinco años de matrimonio, se divorciaron y han vivido los últimos 25 años con el alivio de estar separados. Cuando su hija Lily decide casarse, después de solo un mes de conocer a Gede durante sus vacaciones en la isla de Bali, idean un plan para sabotear la boda. Pronto se verán atraídos por viejos sentimientos sin resolver y en los que podrían encauzar su antigua relación.
Pasaje al Paraíso es una comedia romántica simple y conformista. Lo dicho no va en detrimento de su conclusión (lo mejor del film) sino en la falta de profundización de los personajes como de su costado romántico. La película cuenta con el carisma bien ganado de Clooney y Roberts, quienes logran distraer con sus presencias ciertos pasajes mediocres del film. Con un guion programado para evitar dilaciones de tiempo, en cuanto a la historia de los personajes, el film se retrasa en situaciones “divertidas” y omite profundizar otras de contenido romántico, cuando más lo ameritaba por la calidad del elenco.
Clooney y Roberts son artistas consagrados y buenos estandartes en el genero romántico. Pero el guion no evoluciona en aquel sentido. El film expone un marcado antagonismo en los personajes pero no está del todo aprovechado y sus diferencias concluyen rápidamente. Cuando se abre paso a la comedia, las bromas no siempre dan resultado y en ocasiones extienden considerablemente el tiempo de ejecución. Llegado el ansiado momento romántico, la pareja estelar no profundiza demasiado en su relación como tampoco brinda destacados momentos cálidos , en cuanto a besos se refiere. Pero estas debilidades se dejan de lado en su acertada conclusión sentimental, que es en definitiva donde el film contagia en positividad.
La película cuenta con un elenco secundario agradable pero no tienen mucho tiempo para trabajar sus personajes. La joven pareja que decide casarse en la isla paradisiaca no tienen una fuerza presencia en pantalla, más que erradicar una energía de simpleza y tolerancia ante los intentos de sabotear la boda. Como reproche, quizás, se les podría haber incluido una situación más dramática para aprovechar el talento de Clooney y Roberts. Pasaje en el Paraíso la tiene en su esencia, pero esta suavizada.
Con bellos paisajes como escenario, la película cumple en grandes rasgos con lo que propone y ofrece, sin exagerar, un sentido mensaje sentimental. La vuelta de la que alguna vez fue la sonrisa más cotizada de Hollywood (Julia Roberts) junto al siempre galán George Clooney compensan cualquier debilidad narrativa con sobradas dosis de carisma. Juntos logran transmitir la indescriptible sensación a la que apunta toda comedia romántica: la positividad, aquella que erradica un bienestar placentero y que en estos tiempos es demasiado.