El drama de guerra es sutilmente entretenido gracias a su comprometido elenco británico. El arma del engaño (Operation Mincemeat) se encuentra disponible en Netflix. Con Colin Firth y Jason Isaacs.
En una típica película de la segunda guerra mundial los enfrentamientos bélicos se exaltan con largas batallas, locaciones destruidas y recuentos de sobrevivientes. Nada de eso se encontrará en el Arma del Engaño. Un film que pretende contar una historia de espías espiados en una guerra silenciosa y oscura, donde la mentira es la principal arma del engaño. Con un elenco británico comprometido dentro de una trama “adulta”, el drama de guerra es sutilmente entretenido.
Basada en una genuina historia militar de la Segunda Guerra Mundial, Operación Carne Picada (Operation Mincemeat ) cuenta la historia de cómo la inteligencia militar británica convenció a la Alemania nazi de que los aliados planeaban invadir Grecia en lugar de Sicilia. Para ello dieron forma a una mentira cargando un cadáver con documentos falsos para luego tirarlo cerca de las costas españolas, donde la información y su descreimiento es la batalla de los espías.
Los dos encargados de liderar el plan son Ewen Montagu (Colin Firth), un oficial naval que acepta la asignación después de que su esposa e hijos huyen a Estados Unidos, y Charles Cholmondeley (Matthew Macfadyen), un soltero solitario que le ha prometido a su madre la búsqueda de su hermano caído en la guerra. Mientras el primer ministro británico (Winston Churchill) elabora una estrategia de ataque en tierras italianas; los nombrados y su equipo de inteligencia deberán elaborar una mentira estratégica. Aquella que pueda confundir la realidad con la ficción.
El film cuenta con un elenco británico lo suficientemente creíble como para que la historia militar cuente con las bases de autenticidad deseadas. Dicen que las historias la cuentan los que ganan y no es motivo cuestionar aquí ningún hecho supuestamente verídico. Pero la cuestión es que la trama se enfoca en una operación estratégica, cuyo único fin es engañar a los servicios de contrainteligencia de la Alemania nazi. El enfoque elegante y adulto que adopta la película es en sí meritorio. Lo mismo los diálogos de los personajes. Tienen buen ritmo y mantienen a la audiencia entretenida con una hipótesis de engaño bien definida.
Ahora, el film se sumerge en un mundo de espías del cual no puede sobresalir. Hay una trama secundaria sobre un posible traidor entre ellos, pero se siente algo descuidada. Lo mismo sucede cuando la historia se traslada a España. En este aspecto el juego de espías no tiene el impulso necesario para definir la línea de meta de la historia. Esto que podría ser fatal en otra propuesta. No lo es en el arma del engaño por el compromiso de un elenco que está a la altura de las expectativas.
Mientras se definen los puntos centrales de ejecución de la Operación “carne picada”, hay un relación platónica entre los integrantes de la organización que se siente lo suficientemente convincente para acompañarlos. Los horrores de la guerra y lejanía de los seres queridos intuye a pensar que la vida se muestra en la mirada del otro. Al margen de aquel comportamiento, sutilmente manejado por los interpretes, el guión se encarga de centrar las conducta de los personajes en su mundo real y el mensaje, mitad esperanzador, mitad desgarrador, es un acierto.
Se habla mucho de que todos en la comunidad de inteligencia escriben o quieren escribir una novela de espías, lo que rima muy bien con la operación en sí, que consiste en construir una vida ficticia para el cadáver que forma parte de la Operación. Ahora, lo que le quita cierta solvencia a la trama son los guiños a las novelas de espías Ian Fleming, siendo James Bond su personaje emblemático.
En un secuencia del film, Fleming agarra un reloj que tiene una cierra circular, que gira a toda velocidad. La audiencia sabrá que es un guiño a las películas de Bond y si bien Fleming era un oficial de inteligencia distraído, su displicente semblante hace que la misión pierda algo de realismo. Al margen de ello, la visión romántica de los personajes y la historia en general (no, las escenas de espías) hace que el film tenga su cuota de entretenimiento.
CURIOSIDADES
- Se ha dicho que Ian Fleming fue el autor de esta operación. La operación se detalló y se le dio crédito a Fleming en la miniserie de televisión Fleming (2014).
- La identidad del hombre fallecido no se reveló hasta 1998. Solo entonces se dijo la verdad de que Michael murió sin ningún pariente vivo que le diera permiso. La lápida tallada en su lugar de entierro en España originalmente hacía referencia al nombre de su supuesto padre como “John Glyndwyr Martin” y a su madre como “Antonia Martin”. Después de que todo finalmente se hizo público, a la lápida se le agregaron las palabras: “Glyndwr Michael se desempeñó como comandante William Martin, RM”.
- La Operación Mincemeat fue una apuesta masiva por parte de la inteligencia naval británica. Incluso mucho después de que se supiera que la red de espionaje alemana había caído en la trampa. Un oficial nazi de alto rango, que se cree que es Heinrich Himmler, supuestamente le dijo a Adolf Hitler que tenía la sensación de que era un engaño, pero sus preocupaciones fueron descartadas.