Entre el suspenso, lo absurdo y el humor negro, el thriller de Netflix no encuentra su mejor forma. Final del Camino (End of the Road) entretiene por su clásica premisa y aporta ingredientes de maternidad y racismo, que no son recompensados por su inadecuada atmósfera que intenta recrear.
Las películas de supervivencia en la carretera son tan viejas como el cine mismo. En ellas, se suscita una amenaza interna o externa en los viajeros en curso a la que tienen que sortear si quieren llegar a destino con vida. Final del Camino no es la excepción y trata de revivir un genero que ha sido asiduamente explotado. Con personajes fuertes como caricaturescos, el film toma una ruta de entretenimiento rápido y atrapante la cual no puede sostener por su inadecuada atmosfera, que intenta recrear. Con la maternidad y el racismo como base, el film se nutre de ciertos giros (pensados e impensados) pero no encuentra su mejor forma.
La historia sigue a los Freeman, una familia que está a punto de mudarse por problemas financieros. La jefa del hogar, Brenda (Queen Latifah) reúne a sus dos hijos y a su rebelde hermano Reggie (Chris “Ludacris” Bridges) para iniciar un nuevo rumbo hacia la ciudad de Texas. Con poco dinero, a causa de los gastos médicos por enfermedad de su difunto esposo, Brenda y su familia, emprenden un largo viaje donde vive su madre. En el trayecto, son testigos de un brutal asesinato en un motel. Las cosas se complican cuando Reggie se hace de un bolsa de dinero que le pertenece a un señor del crimen al que apodan “Señor Ross”. Cuando el criminal se anoticia del hecho, dará caza a los Freeman a lo largo de la ruta desértica. Sin ayuda posible, Brenda y su familia deberán sobrevivir de un asesino en serie.
La película comienza con una sensible y más que creíble interpretación de Queen Latifah. Su personaje en la piel de Brenda, una viuda que todavía se encuentra transitando el duelo con su familia , hace suponer que el film tendrá un enfoque dramático dentro de la inevitable narrativa de supervivencia que intenta plasmar. Pero mientras el viaje se convierte en un transito de relaciones raciales, con campamento neonazi incluido y psicóticos criminales, la narrativa adiciona ingredientes de humor negro y suspenso (este ultimo desaprovechado) que no tienen resultados esperados.
Ello hace que el tono del film pierda cierto brillo en las secuencias de acción atento que el traspaso de un genero a otro debe tener la coordinación necesaria para causar impactos emocionales diferentes. Final del Camino, intenta utilizar el humor negro para evitar el humor propiamente dicho, pero rara vez da resultado. Esto le quita dinámica al genero principal del cual se nutre el film, que es el suspenso. Cuando llegan, mediante secuencias de peligro inminente o mediante persecuciones, no son precisamente las del tipo adecuadas para esta clase de historias. Se puede llegar asumir algún tipo de culpa en su banda sonara con elecciones de música pop, que no logran realzar escenas dentro de la atmosfera de suspenso requerida.
Latifah (oficia también de productora) lleva adelante el protagónico sin sobresaltos, componiendo una madre que hace lo posible por sus hijos, sin importar el precio que tenga que pagar por ello. En este aspecto, el guion la induce a la actriz atravesar situaciones un tanto caricaturescas a lo que demanda esta clase de relatos. Por momentos, y envalentonada por su voluntad de madre, el personaje enfrenta situaciones de peligro como si fuese una persona con habilidades militares. Latifah, conduce, salta, golpea y dispara de forma soberbia. Irreprochable en términos de maternidad, no así en su ejecución, la cual puede tildarse de desmedida, entre otras.
El guion no es tan benevolente con Ludacris (el actor que interpreta a Tej en la saga de Rápidos y Furiosos) al volcarle a su personaje toda clase de decisiones inútiles, que no puede redimir. El resto del elenco secundario cumple con lo necesario, destacándose Beau Bridges, el cual logra suavizar el clásico estereotipo. Con todo, la película no aprovecha adecuadamente su punto fuerte, evocando conceptos como la maternidad y el valor de la familia de una manera harto conocida.