Crítica de HIGH HEAT (2022)

(Floja)

El encanto de Olga Kurylenko y la vuelta de Don Johnson no pueden salvar a la película de la mediocridad. Entre las moderadas secuencias de acción y su apuesta a la comedia, High Heat desaprovecha todo lo que construye.

Los créditos iniciales de High Heat presume pensar que la película será tan ligera como un plato de comida rápida. Algo que no es un reproche, teniendo en cuenta las dimensiones presupuestarias que tienen los largometrajes de clase “B”. Pero mientras estas se construyen con una idea clara en términos de ejecución, High Heat no logra imponer los géneros que transita. La indefinición se hace notoria cuando mezcla la acción, comedia y algo de drama sin buenos resultados a pesar del buen elenco actoral el cual no tiene mucho material con el que trabajar. Las buenas intenciones de la película no se plasman en su estructura a pesar del encanto de Kurylenko y la vuelta de Don Johnson. Así, High Heat tiene poco para ofrecer y desaprovecha todo lo que construye.

La historia sigue a Ana (Kurylenko), una promisoria chef que está a punto de inaugurar un restaurante de primera categoría. La acompaña su esposo y socio comercial (Don Johnson), quién esa noche recibe vistas inesperadas de un antiguo amigo que reclama una deuda. Cuando los mafiosos se deciden quemar los cimientos de restaurant, se revela que Ana no solo tiene el talento para el arte culinario sino también que es una antigua integrante de la KGB. Para salvar el emprendimiento, deberá desterrar sus “habilidades” en lo que será un enfrentamiento de una sola noche.

Se dijo que la película tiene buenas intenciones y esto se evidencia en el tono rápido y caricaturesco que se le imprimen a todos sus personajes. El problema radica en su aspiración a ser algo más de lo que realmente es. High Heat tiene una duración de una hora y veinte minutos y trata de abarcar y mezclar diferentes géneros con resultados negativos. El elenco secundario a disposición de la dirección es realmente bueno (raro en películas de clase “B”) pero aquellos interpretes no tienen ni el guion ni el tiempo para profundizar sus personajes. Ejemplo de ello es el cómico aporte (desaprovechado ) de Jackie Long, convirtiéndose, quizás en el único ejemplo de éxito en ese sentido.

La película tiene pocas locaciones. La cocina del restaurant y un estacionamiento vacío son los entornos donde se desenvuelven las pocas y aceptables secuencias de acción. En este aspecto no tiene mucho para ofrecer y se siente algo moderada y un tanto limitada teniendo en cuenta lo disparatado de su comicidad. Olga Kurylenko usa su encanto para materializar cualquier situación de peligro pero ello no es suficiente y no puede salvar a la película de su mediocridad.

En cuanto a Johnson, muestra química con su estrella principal y si bien es la fuente del conflicto con la cuantiosa suma de dinero adeudada , su aporte no deja de ser secundario. La interacción de mafiosos, deudores y asesinos encubiertos no está bien materializado y ello se evidencia en los focos de conflicto que se van abriendo camino. Así, High Heat se va apagando con el correr de los minutos mientras se observa de reojo las agujas del reloj. Un pecado capital para una propuesta que tiene el fin de generar entretenimiento, sin exigencias.

RESUMEN

High Heat tiene buenas intenciones que la dirección no alcanza a ejecutar. Lo que debería ser su fuerte de exposición (la acción ) es moderada y limitada con lo que la expectativa y el interés se irán diluyendo en el correr de los minutos. El elenco no es un problema pero el guion sí lo es al no saber controlar los diferentes géneros que transita. Con todo, Kurylenko y Johnson no pueden salvar a la película de la mediocridad.

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